Existen diferentes placeres en la vida, pero tal vez uno que podemos
repetir constantemente es probar las delicias que cada lugar ofrece. El sentir
un nuevo y agradable sabor invadiendo nuestras papilas gustativas y haciendo
una explosión de sabor es un placer sencillo.
Al dirigirme a visitar el Río Filobobos ubicado en las
inmediaciones de Tlapacoyan y Atzalan, municipios del estado de Veracruz y
preguntando entre los locatarias que me recomendaban para comer todos
me decían "Vete por un caldito de camarón junto
al río" quienes más que las personas que conocen perfectamente sus
comidas y sabores para recomendarme algo.
Me dirigí junto con mi familia camino al río y pude ver
un restaurante bastante modesto, pero donde amablemente te invitar a
pasar diciendo "¡Pásele por un caldito de
camarón ",
ante esa invitación y con las recomendaciones pasadas nos dispusimos
a entrar.
Al preguntar el menú nos sorprendió que no sea
un menú bastante variado pero si preciso, cuenta
con camarón de río camarón cristal, trucha y
acamaya, todo esto ya sea en caldo, al mojo de ajo y enchipotlado.
Realizamos la orden de lo que nos disponíamos a comer y me acerque a la cocina, donde la cocinera amablemente me invito a pasar y ya en confianza le pedí la receta del caldo y amablemente me dijo "pues es una sopa normal" ahí supe que era un secreto y que por cuestiones familiares no me lo diría aunque me dio un tip y fue "la piedra del molcajete la pones a calentar en brazas, cuando esté caliente la pones en el caldo, el calor de la piedra va a ayudar a hervir el caldo y a darle más sabor" me quede un tanto escéptica pero cuando ese platillo se acerco a la mesa, el aroma y el sabor que tenia era inexplicable.
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